Consideraciones sobre la Muerte es un breve artículo sobre preparando para la muerte del punto de vista cristiano.
En parte, hay unas ideas tomadas de la obra Baxter Direcciones para una Muerte Agradable.
I. No debemos tener miedo de la enfermedad, ni poner más ideas en ella que ya tiene. Pero habiendo dicho esto, a la vez, Dios ha hecho gran misericordia en prevenir la muerte con la enfermedad. Nuestras enfermedades son señales del por venir, y a la verdad, son avisos para que nosotros arreglemos nuestras vidas y pongamos las cosas en orden por lo que va a pasar. La muerte viene a todos, entonces esto es muy bien que Dios nos llama la atención que también «nuestro tiempo» ya viene.
II. Debemos fijarnos Quien es que nos llama a la muerte. Es el mismo Dios, Ser Supremo, Creador de todo, quien que está llamándote a la muerte. Dios es quien que te dio tu vida y existencia, y es Dios mismo que está clausurando tu jornada en la tierra. Después de esto es el juicio. Hebreos 9:27 Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio.
Simplemente, por toda tu vida, tienes que llevar respeto a Dios, porque Dios es quien da la vida, y Dios te va a recoger tu vida un día. Lo que debe motivarnos muchísimo es que pasa después de salir de este mundo. ¿Cielo? ¿Una vida para siempre, para la eternidad, con Dios en su casa? O ¿El infierno? Para siempre en dolor y sufrimiento en el lugar donde no hay la misericordia de Dios.
III. Ve a Jesús, quien vivió en una forma humana, murió, y resucitó. Su obra en la tierra de vivir, morir, y resucitarse es todo para que no tenemos miedo o pánico sobre nuestra salida de este mundo, sino de confiar en él. Si una persona acerca la muerte con confianza y sin miedo, es porque Jesús abrió el camino para esto, y Jesús quiere que nosotros pasamos lo mismo siguiendo su ejemplo.
Colosenses 3:1 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 4 Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria. 5 Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;
Juan 14:19 Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis.
Juan 12:26 Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.
Lucas 23:43 Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.
La muerte no es el fin de la existencia. Es el principio. Es la puerta a la eternidad para nosotros. Vamos a vivir para siempre con nuestro precioso Jesús. Jesús nos ha adelantado para preparar un lugar para nosotros. Medita sobre ello.
Juan 14:2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. 4 Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.
Si hay algo de agarrarte cuando estás enfrentando la muerte, esto es. Tu Creador y tu Salvador ha pasado por lo mismo, y Él está contigo por medio de todo, y a fin de cuentas tú vas a su presencia en la muerte. Es la promesa de Dios que no puede mentir. Confíate fuertemente en las palabras y promesas del Salvador.
Hechos 7:59 Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu.
IV. Para una persona gravemente enferma, es difícil de pensar y procesar muchas ideas en su estado. Entonces es mejor de agarrar unos pocos conceptos y regresar a pensar vez tras vez sobre ellos.
Para los que pesan muchos sus pecados…
Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Dios no es sin conocer tus pecados. Dios vive eternamente, entonces Él no está bajo «el tiempo». Igual como sabrá todo en el último de los tiempos de Apocalipsis, igualmente supo todo lo mismo antes de crear el mundo. Dios sabe de todos tus pecados, pero Jesús murió para ti por todos modos.
Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Sabiendo todo lo malo que tú has hecho, por todos modos, aun así, Jesús murió por ti.
Hechos 13:39 y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree.
Dios «nos justifica» (pone la justicia de Jesús sobre nuestra cuenta manchada) «por todo» lo que hemos hecho mal.
Hebreos 8:12 Porque seré propicio a sus injusticias, Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.
Las promesas de Dios que no miente (Tito 1:2 en la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los siglos) son la base de nuestra esperanza, y debe ser la base de nuestros pensamientos cuando salimos de este mundo.
Isaías 40:11 Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas.
El Dios con que tienes que hacer nos creó. Entonces, siendo Dios que sabe todo, e igual, Él es el Dios Consolador, entonces, Dios nos entiende y esto es nuestra lucha con el pecado.
Gálatas 5:17 Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
Mateo 26:41 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
Igualmente, si el camino que vas a enfrentar te parece formidable, recuerdas que es por la información y promesa que Dios nos da, que sabemos a donde vamos después de morir. La muerte es nuestro boleto para llegar allí. El inconverso no tiene este «boleto» para entrar en el cielo porque no tiene a Jesús.
2 Corintios 5:1 Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. 2 Corintios 5:2 Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; 2 Corintios 5:3 « pues así» seremos hallados vestidos, y no desnudos. 2 Corintios 5:4 Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. 2 Corintios 5:5 Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu. 2 Corintios 5:6 Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor 2 Corintios 5:8 pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.
Cómo un cristiano, gemimos (temblamos por preocupación) enfrentando el traspaso de aquí a la eternidad. Pero la idea que agarramos para consuelo es simplemente que somos redimidos, y Jesús está allá ahora preparándonos un lugar con Él en su casa. No es un hotel. Es una viviendo para toda la eternidad futura. Esto debe ser recuerdo querido para el cristiano muriendo.
V. El cristiano medita que en el cielo, su vivir allí es con Dios y los demás redimidos para la eternidad futura.
Apocalipsis 21:23 La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. Apocalipsis 22:3 Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, Apocalipsis 22:4 y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. Apocalipsis 22:5 No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos.
Cada día Jesús brillará como el sol. Todos se ubican en su lugar por la luz, el sol. Jesús será esto para los habitantes del cielo. Esteban en su muerte captó la faz de Jesús, y nada más importó.
Hechos 7:55 Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, 56 y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios.
VI. Tal vez lo más importante de estos conceptos que debes entender y abrazar como tuyos, es que ahora vas a ser parte de esta comunidad celestial que se llama «el cielo.» Eres un ciudadano de tal grupo.
De una mano, vas a conversar directamente con Jesús, con Dios. Esto es el cielo. De otra mano, todos los ángeles y redimidos van a ser tus socios en esta comunidad. Se regocijan en la redención de un solo pecador, y ahora van a seguir regocijando contigo, un redimido.
VII. La Biblia describe los salvos antes de nosotros con una ganas a entrar en el cielo. De parte de esto es de zafarse de los problemas, dolores, plagas, sufrimientos, etc. de esta vida. Pero de otra parte, es de estar con Dios, los ángeles, y los cristianos.
2 Corintios 5:4 Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. 2 Corintios 5:5 Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu. 2 Corintios 5:8 pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.
Somos sellados hasta el día de nuestra redención.
Efesios 4:30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
Efesios 1:13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
O sea, Dios nos ha sellado, o ha puesto una seguridad y protección alrededor de nosotros hasta que el día en que plenamente y completamente «somos redimidos». Podemos pensar en esto como el día de nuestro juicio, cuando, aunque seamos culpables completamente de infracción contra la justicia de Dios, Jesús va a venir al frente y abogar por nosotros, pagamos la pena de nuestras culpas. Este pensamiento debe dominar nuestro pensar siempre.
2 Corintios 1:21 Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios, 2 Corintios 1:22 el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.
El Espíritu Santo morando adentro de nuestro cuerpo es la promesa y anticipo de esta redención. Pero ¿Qué tal si ahora dudas que eres un hijo o hija de Dios?
Romanos 8:15 Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! Romanos 8:16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Romanos 8:17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.
Por todo tu vida cristiana has tenido el Espíritu Santo morando adentro de ti, guiándote a comunión con Dios. Acercando la muerte, no debes desecharte de su presencia ahora. El impulso adentro de ti que te hizo gritar con todo tu fuerza, «O Padre Dios», ahora vas a verle cara a cara. Es un pensamiento de gozo y no de espanto.
VIII. El cielo es «la paga» donde Dios va a premiar a cada persona por las obras de su vida.
Mateo 25:21 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Mateo 25:34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad, el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
Mateo 7:24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Mateo 7:25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
Apocalipsis 22:11 El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.
2 Timoteo 4:7 He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. 2 Timoteo 4:8 Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.
Mateo 6:33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
En la Biblia, los creyentes que escribieron las palabras de la Biblia tuvieron la idea de que Dios va a premiar a todos según sus obras. Tanto el malo va a recibir castigo medido a sus pecados, igualmente los redimidos van a recibir premios por su vida justa y limpia, llena de buenas obras para el Señor. Estas obras no tiene nada de ver con conseguirnos nuestra salvación, pero por la persona que cree en la obra de Jesús en la cruz, entonces después de este paso viene los premios. Nos esperan. La muerte es el principio de gozar de estos bienes que Dios tiene esperándonos.
IX. Aparte de recibir premios, no vamos a ser condenado por nuestros pecados.
Romanos 8:1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
X. Ve todas las bondades y misericordias de tu vida, y meditad sobre ellos, y de dónde vinieron y porque vinieron.
Estas cosas vinieron a ti por tu trato con Jesús. No es poca cosa entonces.
XI. Si eres de buena edad, y como anciano estás acercando la muerte, regocíjate por qué tiempo y oportunidad que Dios te ha dado.
Cuando ves jóvenes de menos de 30 años que mueren, cuenta a Dios con gracias porque te ha concedido tantos años cuando a otros, Dios no les concede tantos años.
XII. Recuérdate que toda la humanidad es humana, y vas a seguir el camino que le pasa a toda persona humana.
XIII. Recuérdate que tu cuerpo es vil, y que tanto que tu carne te ha causado tu vida de pecar y sufrir por estos pecados. La disolución de tu cuerpo ahora es un paso más arriba para ti. Un día Dios te va a regalar otro cuerpo que no tendrá la naturaleza carnal, sino un espíritu o naturaleza espiritual, algo que siempre agrada a Dios.
XIV. Recuérdate el mundo que estás dejando y el mundo (el cielo) que vas a entrar. Compara los dos para ver si realmente te quisieras quedarte o avanzar a lo mejor.
XV. Si es posible, búscate un amigo cristiano de estar contigo en el tiempo que te quedas aquí para darte ánimo, puntos de la Biblia como arriba para calmar tu alma, alguien para orar por ti en tu tiempo difícil.
Consideraciones sobre la Muerte
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